Mendoza: Un siniestro vial termina en juicio por homicidio simple.
Hoy dará comienzo el juicio por la muerte de Tomás Trossero, un joven de 19 años que fue atropellado por un auto en Luján en 2010. Es la segunda vez que un caso de siniestro vial llega a debate bajo la carátula de homicidio simple.
El juicio se va a extender desde el 11 y hasta el 14 de diciembre y la sentencia se escuchará el 18, en la Segunda Cámara del Crimen. En el banquillo de los acusados estará Pablo Emiliano Yáñez (24) quien será juzgado por homicidio simple en vez de por homicidio doloso, como terminan caratulados la gran mayoría de los accidentes viales. De esta manera, el acusado podría recibir una pena que va desde los ocho a los 25 años de prisión.
La investigación estuvo a cargo del fiscal de instrucción Juan Ticheli quien calificó el expediente como «homicidio simple cometido con dolo eventual».
Es que según se desprendió de las pesquisas, el conductor habría cometido varias infracciones que derivaron en la muerte de Tomás: iba a gran velocidad, cruzó la doble línea amarilla y quedó en contramano.
Además, luego del siniestro huyó del lugar e intentó quitarle el paragolpes a su auto cuando fue detenido. Para completar, tenía el carnet vencido y estaba medianamente alcoholizado, explicaron los pesquisas.
Luego del accidente, Yáñez fue imputado por homicidio doloso, carátula habitual de los accidentes de tránsito -implica una condena de dos a cinco años de prisión- por lo que quedó detenido algunas horas y luego recuperó la libertad tras pagar una fianza de 8 mil pesos.
Pero tras tres días de análisis y testimoniales, el fiscal concluyó en que no había sido una muerte accidental. Entonces ordenó que el automovilista volviera a prisión. Finalmente fue detenido en la casa de su novia, en Guaymallén.
Una vez conocida esta nueva carátula, los defensores de Yáñez presentaron diversos planteos para anular la investigación que finalmente no prosperaron.
«Creo que es responsable del delito porque era consciente de tiempo y espacio. Esto hace hincapié en su irresponsabilidad», reflexionó Augusto Trossero, padre de la víctima.
A las 7 del sábado 30 de octubre de 2010, Tomás Trossero se bajó de un colectivo en Sáenz Peña y Guiñazú de Luján. Había estado con sus amigos en un recital en el Centro y volvía a su casa. Pasó por detrás del micro con la intención de cruzar la calle y, en ese instante, fue atropellado por un Chevrolet Astra de color negro.
El conductor del vehículo sobrepasó a un Ford K y, en contramano, con las luces apagadas y ebrio, atropelló al chico. Nunca se detuvo.
Una persona que estaba en la parada de colectivo y el conductor del Ford K, fueron testigos directos del hecho. Ambos vieron cómo el chico «voló» cuatro metros y cayó en el cordón de la acequia.
El conductor del Astra no sólo no se detuvo sino que pasó los dos siguientes semáforos en rojo. El Ford K lo siguió en una persecución a la que se unió un móvil policial de la comisaría 11. En Sáenz Peña y San Martín fue detenido.
Mientras esto sucedía, una ambulancia trasladó al herido hasta la guardia del hospital Central, donde pese a los esfuerzos de los médicos, murió a las 20 del mismo sábado.
Tomás era estudiante y músico.
(Fuente: Los Andes)
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